... y llegado él allá [Apolos], fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído. –Hechos 18:27.
Todos los otoños nos visitan bandadas de gansos emigrantes que se detienen en una pradera cerca de nuestra casa. Durante varias semanas, esos pájaros vuelan por encima de la casa en formaciones largas en forma de V graznando mientras pasan. Pero entonces, a medida que se acerca el invierno, vuelven a irse en su largo vuelo hacia el sur.
Uno de mis estudiantes aumentó el aprecio que siento por estos visitantes del norte. Me dijo que estos gansos vuelan a velocidades de entre 65 y 80 kilómetros por hora. Viajan en formación porque cuando cada uno de ellos agita las alas se crea una corriente ascendente para el pájaro que viene atrás. Pueden ir hasta setenta por ciento más rápido en grupo que volando solos.
En cierta manera, los seguidores de Cristo somos así. A medida que trabajamos juntos hacia una meta común nos fortalecemos y ayudamos mutuamente (Hechos 18:23,27). Juntos podemos lograr más que solos.
Los gansos también se graznan unos a otros. No son críticos, sino alentadores. Los de atrás graznan para exhortar a los del frente a permanecer en rumbo y mantener la velocidad. Nosotros también podemos progresar más si hay alguien detrás alentándonos para permanecer en el rumbo correcto y seguir.
¿Hay alguien volando en formación contigo hoy a quien podrías darle unos “graznidos útiles”?
CUANDO ALIENTAS A ALGUIEN LA CARGA DE LOS DOS SE ALIGERA
Todos los otoños nos visitan bandadas de gansos emigrantes que se detienen en una pradera cerca de nuestra casa. Durante varias semanas, esos pájaros vuelan por encima de la casa en formaciones largas en forma de V graznando mientras pasan. Pero entonces, a medida que se acerca el invierno, vuelven a irse en su largo vuelo hacia el sur.
Uno de mis estudiantes aumentó el aprecio que siento por estos visitantes del norte. Me dijo que estos gansos vuelan a velocidades de entre 65 y 80 kilómetros por hora. Viajan en formación porque cuando cada uno de ellos agita las alas se crea una corriente ascendente para el pájaro que viene atrás. Pueden ir hasta setenta por ciento más rápido en grupo que volando solos.
En cierta manera, los seguidores de Cristo somos así. A medida que trabajamos juntos hacia una meta común nos fortalecemos y ayudamos mutuamente (Hechos 18:23,27). Juntos podemos lograr más que solos.
Los gansos también se graznan unos a otros. No son críticos, sino alentadores. Los de atrás graznan para exhortar a los del frente a permanecer en rumbo y mantener la velocidad. Nosotros también podemos progresar más si hay alguien detrás alentándonos para permanecer en el rumbo correcto y seguir.
¿Hay alguien volando en formación contigo hoy a quien podrías darle unos “graznidos útiles”?
CUANDO ALIENTAS A ALGUIEN LA CARGA DE LOS DOS SE ALIGERA
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